En el artículo de hoy voy a hablarte de ese lado oscuro del emprendimiento del que nadie habla y de algunos problemas que nadie quiere comentar en los blogs de emprendimiento porque no son plato de buen gusto.
Sin embargo, junto a cada uno de los problemas, trataré de darte alguna clave para que lo superes con éxito y no pierdas el foco, de forma que no abandones tu tienda online en Shopify por ello.
Así que este artículo no tiene como objetivo asustar a nadie. Todo lo contrario, tiene el objetivo de aportar una información importante, de la que poca gente habla, y que tienes que conocer. Y, junto a ella, algunos trucos para poder superar los problemas asociados.
Soledad (literal)
El primero de los problemas a los que puede que te enfrentes, es el de la soledad. Y es que, para una gran mayoría de los emprendedores, especialmente los que trabajan desde casa, este es un problema bastante serio.
Conviene señalar que, puesto que tú eres un emprendedor que cuenta con una tienda online en Shopify, es probable que encajes en esta definición de “emprendedor que trabaja desde casa”, así que debes tener en cuenta especialmente este problema.
En general, cuando se trabaja desde casa, es normal aislarse. Al fin y al cabo, un emprendedor necesita, en algunas ocasiones, dedicarse durante horas y horas al trabajo, llegando, fácilmente, a las doce o catorce horas diarias durante algunos días.
Eso implica que, durante esos días, no tengas ningún tipo de capacidad de estar con más personas (más allá, quizá, de tu familia). Es cierto que, a veces, paras a tomarte un café o mirar por la ventana… ¡Pero estás en tu casa!
Es distinto que ese emprendedor que está en una oficina con más trabajadores, porque, aunque esté 16 horas trabajando, puede bajar a tomarse un café, y charlar con otras personas. Pero tú, en tu casa, no lo tienes tan fácil.
Para solucionar este problema, puedes optar por pasar parte de esas largas jornadas laborales en un coworking. Los coworkings son espacios en los que, por un módico precio, puedes ir a trabajar.
De esta forma, cuando pares momentáneamente para tomarte un café o descansar la vista, podrás hablar con otras personas y formar nuevos lazos de amistad, evitando, en parte, esa soledad que aparece en todo emprendedor (especialmente en quien trabaja desde casa).
Soledad (abstracta)
Pero la soledad, digamos, física, no es la única que aparece en el emprendedor. En muchas ocasiones, también la soledad en un sentido abstracto está presente. Es decir, aparece una soledad derivada de que nadie más conoce el proyecto en el que está trabajando.
Esta soledad puede ser tanto o más peligrosa y dolorosa que la anterior, porque puedes estar con un grupo de amigos o con la familia, y no tener con quien hablar de tu proyecto, lo cual hace que te sientas solo.
También hay formas de resolver este problema, pero son un poco menos evidentes que la anterior del coworking.
Por ejemplo, si tienes una pareja o un buen amigo, es mucho más sencillo de resolver: Puedes explicarle de cabo a rabo el proyecto en el que estás, y descargar tus frustraciones y tus emociones al respecto en él.
No solo te ayudará a no sentirse solo, porque habrá alguien que esté compartiendo contigo la carga del proyecto, sino que puede que te aporten ideas frescas que no se te habrían ocurrido a ti solo.
Sin embargo, puede resultar algo más complicado si no tienes pareja o un amigo cercano al que explicarle todo lo relacionado con tu empresa.
En ese caso, puedes acudir a diferentes foros de emprendimiento que haya por tu ciudad. En esos entornos es fácil explicar el proyecto en el que estás, los inconvenientes y problemas que tienes, y las ambiciones que te mueven, sin que te miren como a un bicho raro.
Incomprensión
Junto al problema de la soledad, está el problema de la incomprensión. Y este es un problema algo más profundo, porque no se limita únicamente al proyecto en el que estás trabajando, sino a tu forma de ser y de entender el mundo y la vida.
Al fin y al cabo, el emprendedor, aunque pueda sonar extraño, tiene características únicas que lo diferencian de otras personas.
El emprendedor es, casi por definición, una persona que ama excesivamente la libertad, que está dispuesto a asumir riesgos, que es muy ambicioso, y que puede llegar a trabajar durante horas de forma obsesiva por aquello que sueña.
Estas características no están presentes en la mayor parte de las personas. Siendo así, es normal que otras personas no comprendan por qué está viviendo su vida de la forma en la que lo está haciendo.
Esa incomprensión puede resultar más dolorosa que la propia soledad y, de hecho, puede conducir a ella, puesto que, para muchos, es mejor la soledad a la incomprensión.
¿Cómo resolver el problema de la incomprensión? No es fácil. De hecho, es bastante más difícil que resolver los demás problemas de esta lista.
Sin embargo, en mi experiencia, la mejor forma de resolver el problema de la incomprensión es planteándolo abiertamente. Es decir, poniendo las cartas sobre la mesa. Exponiendo que tienes esa forma de ser y que comprendes que los demás no la tengan.
Solo con eso, ya hay mucho ganado. ¿Por qué? Porque, en muchos casos, la gente (incluso las amistades) siente “miedo” o “recelo” de aquello que les resulta diferente, pero que no son capaces de explicar.
Una vez se explica y se pone en común, ese miedo o recelo deja de ser tan importante. Simplemente, se asume que la otra persona es diferente, y se la valora como tal. Es mientras no se termina de entender las características que lo convierten en diferente cuando existe el recelo.
Problemas familiares y de amistad
Por lo anteriormente mencionado, también es habitual que haya problemas familiares y de amistad. Al fin y al cabo, el emprendedor es alguien que antepone su proyecto a muchas cosas, entre las que pueden incluirse los amigos y la familia.
No quiero decir que eso esté bien. Simplemente, constato que es así. En más de una ocasión ocurre, y es algo que tú, si eres emprendedor (aunque sea con una tienda online en Shopify y no una súper-startup), podrás corroborar.
Esto genera serios problemas, teniendo en cuenta que no puedes pasar tanto tiempo con tus seres queridos. Las relaciones, tarde o temprano, se debilitan, y es normal que se te acuse a ti de ello, por no estar lo suficientemente pendiente de dichas relaciones.
¿Cómo resolver el problema?
Bueno, este es uno de los problemas más sencillos de resolver si se tiene un mínimo de voluntad. Y lo único que se necesita es establecer horarios y calendarios para poder satisfacer las necesidades de las amistades y la familia.
No tienes más que dedicar unas horas del día a estar con la familia, y un día a la semana, por ejemplo, para los amigos. Con eso es más que suficiente.
Lo realmente complicado, en este punto, no es tanto solventar el problema, sino ser capaz de sobreponerse a la “necesidad adictiva” de continuar con el proyecto, y aceptar que hay que dedicar algo de tiempo a los seres queridos.
Por suerte, una vez que empieza a hacerse, te vas dando cuenta del valor que tiene estar con amigos y familiares, y, en consecuencia, te va resultando cada vez menos complicado dedicarles horas.
Mala prensa
Otro de los problemas a los que se enfrenta el emprendedor, es el de la mala prensa. Esto, no obstante, conviene señalar que depende, en gran medida, del país y de la zona en la que viva el emprendedor en cuestión.
Por ejemplo, es bastante evidente que el emprendedor en EEUU está mucho mejor visto que en países hispanos, y, dentro de los países hispanos, está mucho mejor visto en según qué ambientes de España, que en según qué ambientes de Venezuela (y viceversa).
Sin embargo, hay que señalar que, en muchos países, existe una cierta tendencia socialista según la cual el empresario es siempre alguien que explota a sus trabajadores y que se lucra de las desgracias ajenas.
No hace falta mucha reflexión para comprender que esta es una idea errónea, pero está ahí, y es moneda común en amplios sectores de la población. Por lo tanto, en muchas ocasiones, ser emprendedor implicará tener cierta mala prensa.
Conviene aclarar, no obstante, que tiene peor prensa el empresario que el emprendedor. Es decir, hasta el momento en que consolides tu proyecto, se te mirará más como a un idealista que como a un explotador… Pero esto último puede que acabe llegando.
Sé que es un tema polémico, pero, para muestra, planteemos lo siguiente: ¿Cómo puede ser que Amancio Ortega (el hombre más rico de Europa y tercero del mundo) no esté dando conferencias sobre emprendimiento como si lo hacen los ricos americanos?
Tiendo a pensar, al margen de cuestiones personales del propio Amancio Ortega, que tiene mucho que ver con esta mentalidad, en la que no se ve a Amancio Ortega como un beneficio para la sociedad, sino como un explotador que convendría que no existiera.
Triste, pero cierto. Esta es la mentalidad de muchas personas en el mundo hispano.
¿Qué deberías hacer para resolver este problema?
Existen tres soluciones posibles: La primera, no decir demasiado que eres emprendedor o empresario. No es la solución que yo recomiendo, porque si eres lo que eres, debes decirlo abiertamente. Además, pondrás tu granito de arena en desterrar el mito del empresario ricachón y explotador.
La segunda, es tratar de convencer a la gente de que el hecho de que seas un empresario no es algo negativo. Esta es una buena opción en algunos casos, pero solo si eres el tipo de persona a la que le gusta debatir sobre ideas.
La tercera, y más recomendable para la mayoría de personas, es decir abiertamente que eres emprendedor o empresario y, si surge alguna persona que te critica por ello, ignorarlo. Y punto.
Estrés
Otro de los problemas que tendrás como emprendedor, es el del estrés. Es increíble lo estresado que se puede llegar a estar cuando se tiene un proyecto, y es algo que no puede ni siquiera llegar a imaginar alguien que jamás ha gestionado uno.
Por supuesto, esto dependerá, en buena medida, de la cantidad de trabajo a la que tengas que hacer frente. Por ejemplo, si eres el único que gestiona la tienda online de Shopify que tienes, tendrás una carga de trabajo muy grande.
Sin embargo, si tienes tres o cuatro personas ayudándote con diferentes elementos (aunque sea de forma freelance, sin tenerlos contratados), tendrás una carga de trabajo menor y, por lo tanto, el estrés será menor.
En cualquier caso, lo normal, al empezar, es tener mucho trabajo y mucho estrés.
La solución más efectiva es, como en el caso de la familia y los amigos, tener un horario que te permita disfrutar de alguna hora para hacer ejercicio o meditar. Solo con ese tiempo de “vaciar la mente”, puedes conseguir eliminar el estrés de forma total.
Además, un segundo consejo que te recomiendo es que no solo prestes atención a mejorar como emprendedor en los ámbitos que te son más estrictamente necesarios, sino que te formes, también, en cuestiones de productividad.
Si haces el mismo trabajo en la mitad de tiempo, reducirás tu estrés (y, además, tu tienda online en Shopify crecerá mucho más rápido).
Como puedes ver, estos problemas sobre el emprendimiento que nadie cuenta merecen su espacio, y hay que señalar cuáles son porque, en más de una ocasión, se presenta el emprendimiento como un mundo idílico. Y no siempre lo es.
¿Y tú? ¿Crees que me he olvidado de algún problema habitual en el emprendimiento? ¿Has pasado por alguno? ¿Cómo lo solucionaste? Cuéntamelo en los comentarios.
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